martes, 2 de junio de 2015

EXAMEN RECUPERACIÓN FINAL: LUNES, 15 DE JUNIO

1ª EVALUACIÓN
Tema 1: 
Tipos de discursos: narración, descripción y diálogo
Tipos de enunciados según la intención comunicativa: enunciativo, interrogativo, imperativo, exclamativo, dubitativo y desiderativo.
Léxico castellano: los préstamos
Literatura. Romanticismo: Rasgos generales del movimiento
                                        Poesía romántica: José de Espronceda
                                        Posrománticos: Bécquer y Rosalía de Castro
Análisis de textos poéticos: métrica y recursos literarios (los recursos literarios se estudiarán por el blog)

Tema 2: 
La exposición. Tipos y estructuras.
Prosa romántica: Novela gótica, las Leyendas de Bécquer y los artículos de Larra


Tema 3: 
Los textos instructivos
Préstamos y extranjerismos
El teatro romántico: -Rasgos generales.
                                 -José Zorrilla. Don Juan Tenorio
Tema 4
Los textos normativos
Gentilicios y topónimos 
Realismo y Naturalismo:
-Emilia Pardo Bazán
- Benito Pérez Galdós
-Leopoldo Alas "Clarín". La Regenta


 2ª EVALUACIÓN: 

Tema 5:
 Solicitud
 Modernismo y 98

Tema 6: La noticia
                Novecentismo y vanguardias
Tema 7: El ensayo

-La oración simple (apuntes)

3ª EVALUACIÓN

Tema 7: Generación del 27. Lorca, Alberti y Salinas.

Tema 8: La argumentación. El debate.
              Tipos de argumentos. Comentario de textos argumentativos.
              La lírica a partir del 36
Tema 9:
 Relaciones semática: sinonimia, antonimia, polisemia y homonimia.
 Narrativa a partir del 36. Camilo José Cela, Miguel Delibes y Luis Martín Santos.

Apuntes:
-Oraciones compuestas coordinadas
-Oración subordinada sustantiva, oración subordinada adjetiva y oración subordinada adverbial.

Tema 10:
Rel. semánticas: Hiperonimia y hiponimia
 El teatro a partir del 36.
Tema 11:
El mensaje publicitario.



martes, 26 de mayo de 2015

TIEMPO DE SILENCIO, LUIS MARTÍN SANTOS

ma de todo. No me puede pasar nada. Yo soy el que paso. Vivo. Vivo. Fuera de tantas preocupaciones, fuera del dinero que tenía que ganar, fuera de la mujer con la que me tenía que casar, fuera de la clientela que tenía que conquistar, fuera de los amigos que me tenían que estimar, fuera del placer que tenía que perseguir, fuera del alcohol que tenía que beber. Si estuvieras así. Manténte ahí. Ahí tienes que estar. Tengo que estar aquí, en esta altura, viendo cómo estoy solo, pero así, en lo alto, mejor que antes, más tranquilo, mucho más tranquilo. No caigas. No tengo que caer. Estoy así bien, tranquilo, no me puede pasar nada, porque lo más que me puede para es seguir así, estando donde quiero estar, tranquilo, viendo todo, tranquilo, estoy bien, estoy bien, estoy muy bien así, no tengo nada que desear.
Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo la maté. ¿Por qué? ¿Por qué? Tú no la mataste. Estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no la maté. Ya estaba muerta. Yo no fui. No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga, porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te lo puede impedir.

Cinco horas con Mario







Capítulo II
En teniendo con qué alimentarnos y con qué cubrirnos, estemos con eso contentos. Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina, porque la raíz de todos los males es la avaricia, y por eso mismo me será muy difícil perdonarte, cariño, por mil años que viva, el que me quitases el capricho de un coche. Comprendo que a poco de casarnos eso era un lujo, pero hoy un Seiscientos lo tiene todo el mundo, Mario, hasta las porteras si me apuras, que a la vista está. Nunca lo entenderás, pero a una mujer, no sé como decirte, le humilla que todas sus amigas vayan en coche y ella a patita, que, te digo mi verdad, pero cada vez que Esther o Valentina o el mismo Crescente, el ultramarinero, me hablaban de su excursión del domingo me enfermaba, palabra. Aunque me esté mal decirlo, tú has tenido la suerte de dar con una mujer de su casa, una mujer que de dos saca cuatro y te has dejado querer, Mario, que  así qué cómodo, que te crees que con un broche de dos reales o un detallito por mi santo ya está cumplido, y ni hablar, borrico, que me he hartado de decirte que no vivías en el mundo pero tú, que si quieres. Y eso, ¿sabes lo que es, Mario?  Egoísmo puro, para que te enteres, que ya sé que un catedrático de Instituto no es un millonario, ojalá, pero hay otras cosas, creo yo, que hoy en día nadie se conforma con un empleo. Ya, vas a decirme que tú tenías tus libros y “El Correo”, pero si yo te digo que tus libros y tu periodicucho no nos han dado más que disgustos, a ver si miento, no me vengas ahora, hijo, líos con la censura, líos con ls gente y, en sustancia, dos pesetas.    Y no es que me pille de sorpresa, Mario, porque lo que yo digo, ¿ quién iba a leer esas cosas tristes de gentes muertas de hambre que se revuelcan en el barro como puercos?. Vamos a ver, tú piensa con la cabeza, ¿quién iba a leer ese rollo de “El Castillo de Arena” donde no hablas más que de filosofías? Tú mucho con que si la tesis y el impacto y todas esas historias, pero ¿quieres decirme con qué se come eso? A la gente le importan un comino las tesis y los impactos, créeme, que a ti, querido, te echaron a perder los de la tertulia, el Aróstegui y el Moyano, ese de las barbas, que son unos inadaptados.

La Colmena

EXAMEN: JUEVES, 11 DE JUNIO

Tema 10: El teatro a partir del 36: Jardiel Poncela, Alfonso Sastre, Buero Vallejo, Mihura, F. Arrabal
Tema 11: El mensaje publicitario.

Apuntes: subordinadas adverbiales.

 Lectura: Las bicicletas son para el verano, Fernando Fernán Gómez.

lunes, 25 de mayo de 2015

EXAMEN: LUNES 1 DE JUNIO


Apuntes: oración subordinada sustantiva y oración subordinada adjetiva
Tema 9: Narrativa a partir del 36. Camilo José Cela, Miguel Delibes y Luis Martín Santos.
Tema 10: Rel. semánticas: Hiperonimia y hiponimia

miércoles, 6 de mayo de 2015

martes, 5 de mayo de 2015

POESIA SOCIAL. AÑOS 50


 


LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas.  Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

autógrafo 
 


EDUCAR
Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
Gabriel Celaya

POESÍA DESARRAIGADA (AÑOS 40-50)

 HIJOS DE LA IRA, DÁMASO ALONSO

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres
(según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?
(Dámaso Alonso, "Insomnio", en Hijos de la ira", 1944)

 ANCIA, BLAS DE OTERO 
    "HOMBRE"
Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas.
Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser —y no ser— eternos, fugitivos.
¡Ángel con grandes alas de cadenas!


 

lunes, 4 de mayo de 2015

MIGUEL HERNÁNDEZ


Resultado de imagen de miguel hernandez


ELEGIA A RAMÓN SIJÉ
.
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha
muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien
tanto quería.)
.
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
.
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
.
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
.
.Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte
a parte a dentelladas secas y calientes.
.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
.
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
.
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
.
A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
.
(1 0 de enero de 1936) 
 



EL NIÑO YUNTERO 
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
LAS NANAS DE LA CEBOLLA
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre:
escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla:
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa.
Vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño.
Nunca despiertes.
Triste llevo la boca.
Ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan alto,
tan extendido,
que tu carne parece
cielo cernido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho.
Él, triste de cebolla.
Tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.


Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos..
No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.
No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.
Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.

autógrafo

viernes, 1 de mayo de 2015

EXAMEN: JUEVES, 14 DE MAYO

 CONTENIDOS: 

Tema 7: Generación del 27. Lorca, Alberti y Salinas.

Tema 8: La argumentación. El debate.
              Tipos de argumentos. Comentario de textos argumentativos.
              La lírica a partir del 36
Tema 9: Relaciones semáticas 

Apuntes: Oraciones compuestas coordinadas


miércoles, 8 de abril de 2015

ROMANCE DE LA LUNA LUNA

Realiza el comentario de este poema  de Lorca siguiendo el modelo expuesto en el análisis del Romance sonámbulo (entrada anterior).

Fecha de entrega: Miércoles, 15 de abril.



La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.

                                      autógrafo

BODAS DE SANGRE, FEDERICO GARCÍA LORCA




Es la mañana de una boda. Leonardo es el primero en llegar a la casa de la novia y habla con ella, recordándole el pasado. Con este diálogo nos enteramos de que Leonardo y la joven se han amado antes, pero luego aquél se casó con otra mujer, prima de ella; sin embargo, en ambos ha quedado latente la primera pasión y él sigue asediándola con su deseo. La novia, llena de orgullo y despecho, ha aceptado un matrimonio que le significa liberación, pero no siente amor por el que será su esposo.

El ambiente está cargado de funestos presentimientos a través de los recuerdos de la madre del novio, mujer fuerte, posesiva, inflexible, que abomina y maldice por igual navajas, pistolas, escopetas, cuchillos y azadas, porque ella, luego de haber perdido en manos de la familia de Leonardo a su marido y a un hijo, se dedica por entero al vástago sobreviviente —el novio—, muchacho honrado y trabajador, único que cuida de la viña familiar.

Cuando los invitados están reunidos, todos parten para la iglesia del pueblo. Tras la ceremonia nupcial y de regreso en la casa, la recién casada y su antiguo pretendiente huyen a caballo. El novio persigue a la pareja fugitiva.

Cae la noche. La luna, desde arriba, contempla la huida y la persecución. Se producen el encuentro y el duelo entre los dos hombres, en el que ambos mueren.

En el último acto, mientras la novia manifiesta con vehemencia su inevitable amor por Leonardo, pero también su inocencia y honradez, la madre del novio llora amargamente a su hijo.

Al final de la obra, entre el llanto de las vecinas, que cumplen igual función que el coro en la antigua tragedia griega, madre y novia recitan alternativamente estrofas llenas de dramatismo y gran belleza lírica, donde se duelen del destino de las mujeres, encadenadas a la violencia que preside la vida de los hombres, en constante espera angustiosa de la muerte que, en cualquier momento y en un instante, los abate.

“con un cuchillo,
con un cuchillito
que apenas cabe en la mano, pero que penetra fino
por las carnes asombradas,
y que se para en el sitio
donde tiembla enmarañada
la oscura raíz del grito."


 https://www.youtube.com/watch?v=lWvM2VlRD6k (Cortejo de los amantes)

 https://www.youtube.com/watch?v=PqWo5vQ4k4g (La boda) 

https://www.youtube.com/watch?v=zgudhtFMujA (escena final)


Madre: (Entre dientes y buscándola) La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el bribón que las inventó.
Novio: Vamos a otro asunto.
Madre: Y las escopetas, y las pistolas, y el cuchillo más pequeño, y hasta las azadas y los bieldos de la era.
Novio: Bueno.
Madre: Todo lo que puede cortar el cuerpo de un hombre. Un hombre hermoso, con su flor en la boca, que sale a las viñas o va a sus olivos propios, porque son de él, heredados...
Novio: (Bajando la cabeza) Calle usted.
Madre: ... y ese hombre no vuelve. O si vuelve es para ponerle una palma encima o un plato de sal gorda para que no se hinche. No sé cómo te atreves a llevar una navaja en tu cuerpo, ni cómo yo dejo a la serpiente dentro del arcón.
Novio: ¿Está bueno ya?
Madre: Cien años que yo viviera no hablaría de otra cosa. Primero, tu padre, que me olía a clavel y lo disfruté tres años escasos. Luego, tu hermano. ¿Y es justo y puede ser que una cosa pequeña como una pistola o una navaja pueda acabar con un hombre, que es un toro? No callaría nunca. Pasan los meses y la desesperación me pica en los ojos y hasta en las puntas del pelo.
Novio: (Fuerte) ¿Vamos a acabar?
Madre: No. No vamos a acabar. ¿Me puede alguien traer a tu padre y a tu hermano? Y luego, el presidio. ¿Qué es el presidio? ¡Allí comen, allí fuman, allí tocan los instrumentos! Mis muertos, llenos de hierba, sin hablar, hechos polvo; dos hombres que eran dos geranios... Los matadores, en presidio, frescos, viendo los montes...
Novio: ¿Es que quiere usted que los mate?
Madre: No... Si hablo, es porque... ¿Cómo no voy a hablar viéndote salir por esa puerta? Es que no me gusta que lleves navaja. Es que.... que no quisiera que salieras al campo.
Novio: (Riendo) ¡Vamos!
Madre: Que me gustaría que fueras una mujer. No te irías al arroyo ahora y bordaríamos las dos cenefas y perritos de lana.
                                                          ACTO I. CUADRO I

 Suegra: Se van a juntar dos buenos capitales.
(Aparecen Leonardo y su mujer)
Muchacha: Vengo a deciros lo que están comprando.
Leonardo: (Fuerte) No nos importa.
Mujer: Déjala.
Suegra: Leonardo, no es para tanto.
Muchacha: Usted dispense. (Se va llorando.)
Suegra: ¿Qué necesidad tienes de ponerte a mal con las gentes?
Leonardo: No le he preguntado su opinión. (Se sienta)
Suegra: Está bien.
(Pausa)
Mujer: (A Leonardo) ¿Qué te pasa? ¿Qué idea te bulle por dentro de cabeza? No me dejes así, sin saber nada...
Leonardo: Quita.
Mujer: No. Quiero que me mires y me lo digas.
Leonardo: Déjame. (Se levanta.)
Mujer: ¿Adónde vas, hijo?
Leonardo: (Agrio) ¿Te puedes callar?
Suegra: (Enérgica, a su hija) ¡Cállate! (Sale Leonardo) ¡El niño! (Entra y vuelve a salir con él en brazos.) (La mujer ha permanecido de pie, inmóvil)
Las patas heridas,
las crines heladas,
dentro de los ojos
un puñal de plata.
Bajaban al río.
La sangre corría
más fuerte que el agua.
Mujer: (Volviéndose lentamente y como soñando)
Duérmete, clavel,
que el caballo se pone a beber.
Suegra:
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
Mujer:
Nana, niño, nana.
Suegra:
Ay, caballo grande,
que no quiso el agua!
Mujer: (Dramática)
¡No vengas, no entres!
¡Vete a la montaña!
¡Ay dolor de nieve,
caballo del alba!
Suegra: (Llorando)
Mi niño se duerme...
Mujer: (Llorando y acercándose lentamente)
Mi niño descansa...
Suegra:
Duérmete, clavel,
que el caballo no quiere beber.
Mujer: (Llorando y apoyándose sobre la mesa.)
Duérmete, rosal,
que el caballo se pone a llorar.
                               Telón
                                     ACTO I. CUADRO II


3.
Madre: (Entrando) ¡Por fin!
Padre: ¿Somos los primeros?
Criada: No. Hace rato llegó Leonardo con su mujer. Corrieron como demonios. La mujer llegó muerta de miedo. Hicieron el camino como si hubieran venido a caballo.
Padre: Ese busca la desgracia. No tiene buena sangre.
Madre: ¿Qué sangre va a tener? La de toda su familia. Mana de su bisabuelo, que empezó matando, y sigue en toda la mala ralea, manejadores de cuchillos y gente de falsa sonrisa.
Padre: ¡Vamos a dejarlo!
Criada: ¿Cómo lo va a dejar?
Madre: Me duele hasta la punta de las venas. En la frente de todos ellos yo no veo más que la mano con que mataron a lo que era mío. ¿Tú me ves a mí? ¿No te parezco loca? Pues es loca de no haber gritado todo lo que mi pecho necesita. Tengo en mi pecho un grito siempre puesto de pie a quien tengo que castigar y meter entre los mantos. Pero me llevan a los muertos y hay que callar. Luego la gente critica. (Se quita el manto)
Padre: Hoy no es día de que te acuerdes de esas cosas.
Madre: Cuando sale la conversación, tengo que hablar. Y hoy más. Porque hoy me quedo sola en mi casa.

4.
Madre: Esa es mi ilusión: los nietos. (Se sientan.)
Padre: Yo quiero que tengan muchos. Esta tierra necesita brazos que no sean pagados. Hay que sostener una batalla con las malas hierbas, con los cardos, con los pedruscos que salen no se sabe dónde. Y estos brazos tienen que ser de los dueños, que castiguen y que dominen, que hagan brotar las simientes. Se necesitan muchos hijos.
Madre: ¡Y alguna hija! ¡Los varones son del viento! Tienen por fuerza que manejar armas. Las niñas no salen jamás a la calle.
Padre: (Alegre) Yo creo que tendrán de todo.
Madre: Mi hijo la cubrirá bien. Es de buena simiente. Su padre pudo haber tenido conmigo muchos hijos.
Padre: Lo que yo quisiera es que esto fuera cosa de un día. Que en seguida tuvieran dos o tres hombres.
Madre: Pero no es así. Se tarda mucho. Por eso es tan terrible ver la sangre de una derramada por el suelo. Una fuente que corre un minuto y a nosotros nos ha costado años. Cuando yo llegué a ver a mi hijo, estaba tumbado en mitad de la calle. Me mojé las manos de sangre y me las lamí con la lengua. Porque era mía. Tú no sabes lo que es eso. En una custodia de cristal y topacios pondría yo la tierra empapada por ella.
Padre: Ahora tienes que esperar. Mi hija es ancha y tu hijo es fuerte.
Madre: Así espero. (Se levantan.)

lunes, 16 de marzo de 2015

EXAMEN DE RECUPERACIÓN-2ª EVALUACIÓN

JUEVES 16 DE ABRIL 
 Tema 5:
 Solicitud
 Modernismo y 98

  
Tema 6: La noticia
                Novecentismo y vanguardias
Tema 7: El ensayo 

-La oración simple (apuntes) 

ROMACE SONÁMBULO, FEDERICO GARCÍA LORCA

 
Verde que te quiero verde.

Verde viento. Verdes ramas.

El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.


Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.


--Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
--Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
--Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
--Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
--Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.


Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal
herían la madrugada.


Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
--¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!


Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.


1.- LOCALIZACIÓN
Este es un poema de Federico García Lorca, uno de los autores más conocidos de la Generación del 27, que pertenece a su libro “Romancero gitano” publicado en 1928.
2.- TEMA
Si hemos de sintetizar en una sola palabra el tema de este poema, algo difícil por la complejidad del texto, nos inclinamos por la muerte, aunque también se podrían escoger otros como la frustración, o el amor no consumado.

3.- RESUMEN E INTERPRETACIÓN DEL POEMA
Una muchacha está esperando, en un balcón, a su amado, que es contrabandista, y que huye, herido muy gravemente, junto a su compadre, el padre de la novia, de la guardia civil. Ella, tras esperarlo en vano, se ha suicidado arrojándose sobre el aljibe. Los hombres la encuentran muerta y los guardias vienen a arrestarlos.

Pero para llegar a esa conclusión, vamos a realizar la interpretación del poema siguiendo su estructrura externa:

El título - "Romance sonámbulo" - ya nos da una pista, puesto que si atendemos a que "sonámbulo" pertenece al campo semántico de la noche o de la madrugada, y que "romance" es un poema narrativo, podemos afirmar que se nos van a contar unos sucesos que han acaecido por la noche o de madrugada.
Los primeros versos son el estribillo del poema, que se repite, completo, al final del poema, y en algunas partes del mismo. La alusión, repetida, al color verde, ha tenido varias interpretaciones: la muerte, el color de la piel de los gitanos.
Sigue una alusión, enigmática, a dos elementos el caballo y el barco que, aparentemente, están en su sitio: la montaña y el mar. Más tarde, al leer el resto del poema, comprenderemos que se trata de una alusión a uno de los protagonistas de la historia: el joven contrabandista que, perseguido por la guardia civil, y herido gravemente, huye y trata de llegar a la casa de su amada.
La primera alusión a la muchacha no puede ser más sombría: asomada a la baranda, suponemos que esperando, tiene la sombra (la muerte) en la cintura, sus ojos son de fría plata, y no pueden responder a la mirada de quien la observa. La naturaleza se nos muestra después de manera hostil: estrellas de escarcha, pez de sombra, el viento que araña como la lija. Es, sin duda, una noche desapacible. Ella, mientras, sigue esperando y soñando con el mar, de donde vendrá el amado, aunque una interrogación retórica introduce un matiz de desasosiego: "¿quién vendrá? ¿de dónde?"
La siguiente estrofa introduce un cambio de plano. Se nos muestra el diálogo entre dos hombres, dos compadres, uno más joven (mocito) y otro mayor. El joven, que tiene una muy grave herida (del pecho a la garganta), y que ve cerca la muerte, parece arrepentirse de su peligroso oficio, y desearía cambiarse por el otro, para al menos, morir en su cama, pero el otro no puede satisfacer su demanda. Dado que parece imposible huir de su destino, solo pide llegar a las altas barandas, donde se encuentra su amada. Suben, pues, los dos hombres, dejando tras de sí, un rastro de sangre y de lágrimas, en una madrugada fría de viento y de rocío.

En la última estrofa asistimos al encuentro con el cadáver de la muchacha que ha muerto ahogada. Rompe la intimidad de la escena, con la luna iluminando el cuerpo de la chica, la aparición de los guardias civiles que perseguían al contrabandista, y que a pesar de no explicitarse en el poema, dan a entender su posible final.
Se cierra el romance con el estribillo que lo abría.
ESTRUCTURA
La estructura interna (partes en las que se podría dividir el poema) ya se ha adelantado en el apartado anterior, al llevar a cabo la interpretación del mismo.
Por lo que se refiere a la estructura externa del poema, la métrica, es un romance. Es decir, está compuesto por una serie indeterminada de versos octosílabos (86, en este caso) con rima asonante en los pares. El esquema por tanto es: a _ a _

RECURSOS ESTILÍSTICOS

Dada la complejidad y extensión del poema, únicamente vamos a hacer referencia a los recursos más importantes, y que corresponden al nivel de 4º de ESO.

Hay algunos ejemplos de paralelismo, como por ejemplo cuando dice "¡Cuántas veces te esperó/ cuantas veces te esperara!"

También hay anáfora en varios versos, que constituyen la base de varias estructuras paralelísticas: "mi caballo por su casa, / mi montura por su espejo, / mi cuchillo por su manta"; "Pero yo ya no soy yo / Ni mi casa es ya mi casa"; "Dejadme subir al menos / hasta las altas
barandas, / ¡dejadme subir!, dejadme / hasta las verdes barandas"; "Dejando un rastro de sangre.
/ Dejando un rastro de lágrimas".

Pero lo más relevante, sin duda, es el exhaustivo uso que hace Lorca de las metáforas. Reseñamos algunas:

-"Bajo la luna gitana, / las cosas la están mirando / y ella no puede mirarlas", que contiene una personificación y una metáfora de la muerte (la luna, como en el romance de la luna, luna).
-"Grandes estrellas de escarcha "  que es una referencia al amanecer en el campo, una forma muy bella de describir el rocío fresco.  
-"Trescientas rosas morenas / lleva tu pechera blanca" se trata de una metáfora que, a la vez, es una hipérbole referida a la sangre que mana del herida del contrabandista. 

-"Temblaban en los tejados / farolillos de hojalata", otra referencia a la madrugada y al rocío.
- "Sobre el rostro del aljibe, / se mecía la gitana", hace referencia a la superficie del estanque, donde flota el cuerpo de la muchacha, que parece moverse (mecerse) con el viento.

CONCLUSIÓN
En este poema, Lorca, con maestría en el manejo del lenguaje poético hace una interpretación de una anécdota trágica, aunando lo popular y lo culto, lo lírico, lo dramático y lo narrativo, lo tradicional y la innovación con un lenguaje altamente personal.


Fuente: lenguayliteraturamarinhiguero.blogspot.com